Patent wars
Recientemente un tribunal de Boston prohibió a GE comercializar Haliade-X en USA debido a que infringe una patente de SiemensGamesa. Este sonado caso es, por ahora, el último capítulo de las guerras de patentes que se han visto en el mercado renovable. Aquí repasamos algunas de las más famosas.
El renovable, tanto eólico como solar, es un sector relativamente joven y donde existe gran competencia entre los tecnólogos por capturar mercado. La tecnología ha avanzado de manera muy rápida en la última década y las innovaciones han sido clave en el éxito o fracaso de algunas compañías. Como se aprecia en el gráfico de abajo, las energías renovables son intensivas en producción de patentes frente a otras tecnologías más maduras como las fósiles.
Es, por tanto, un escenario perfecto para intentar transformar la política de propiedad intelectual en una herramienta comercial y de estrategia. Es decir, tratar de bloquear a los competidores el acceso a ciertos mercados o clientes mediante patentes. Esto ya de por sí daría para un artículo ya que no parece que ese fuera el objetivo del sistema de protección de la PI pero hoy no hablaremos de esto sino de algunos de los casos más famosos de “guerra de patentes” en el mundo eólico y solar.
Efectos de las guerras de Patentes
Según el experto en propiedad intelectual del sector eólico, Phillip Totaro de IntelStor, desde 1995 hasta 2018, sólo en el sector eólico las guerras de patentes supusieron unas pérdidas comerciales totales de 5.200 millones €. Este total viene tanto por daños directos como por pérdidas de ventas de equipos y de servicios O&M.
GE vs SGRE offshore (2020)
Empezamos por la más reciente y una de las que ha tenido más eco en el mercado. Todo comenzó en Julio de 2020 cuando GE demandó a SGRE por infracción de patentes relacionadas con la tecnología ZVRT y LVRT de conexión a red. SiemensGamesa decidió contraatacar y revisó en profundidad la tecnología de la Haliade-X en busca de algún punto débil desde el punto de vista de IP y lo encontró; en septiembre de ese mismo año, demandó a GE en USA por infracción de patentes relacionadas con la tecnología Direct drive. GE decidió que la mejor estrategia era subir la apuesta y demandó a SGRE también en UK tratando de hacer daño en el principal mercado offshore del mundo.
Pero al final nada ha salido como GE esperaba. SGRE fue declarada inocente de infringir las patentes de GE y lo que ha sido una bomba: el tribunal de USA ha encontrado culpable a GE de infringir las patentes de SGRE y le ha condenado a no poder vender la Haliade-X en USA y a pagar $30.000/MW en los 2 proyectos que ya tiene contratados (Vineyard y Ocean Wind), lo que resulta en la bonita suma de $60mill
GE ya ha anunciado que apelará la sentencia (aunque en paralelo rediseñará la Haliade-X para evitar las patentes) pero el daño ya está hecho y más aun cuando en la reciente e histórica ley Inflation Reduction Act de USA, uno de los ejes principales de crecimiento es la eólica offshore con fabricación local, ley con la que Haliade-X hubiera sido la líder del mercado y que ahora ha quedado paralizado. Como se ve, el pipeline actual de Haliade-X se reparte entre UK y USA y con esta sentencia, se va a ver gravemente afectado
AMSC vs Sinovel (2011)
Esta es sin ninguna duda mi preferida ya que parece sacada del guión de un película de espías. Todo comienza en 2011, año en el que los fabricantes chinos están en plena expansión y crecimiento. Entre ellos destaca Sinovel, un gigante en china que aspira a conquistar el mercado mundial. Pero tiene el mismo problema que el resto de fabricantes chinos: no tiene tecnología propia y depende de proveedores occidentales. En concreto, Sinovel tiene un acuerdo con la compañía americana American Semiconductor – AMSC para que le suministre la electrónica de potencia y el control de sus modelos de 1.5MW. Pero todo explota cuando en 2011 Sinovel se niega a cumplir el contrato de suministro valorado en $800m y corta relaciones con AMSC.
Pero AMSC no sale de su asombro cuando ve que Sinovel de la noche a la mañana “desarrolla” su propio control y descubre un complot digno de un guión de Hollywood: el director de tecnología de Sinovel había convencido al empleado de AMSC Dejan Karabasevic para que fichara por Sinovel pero con una pequeña condición: que se llevara en su portátil el código fuente del control de AMSC. Según la investigación del FBI, Sinovel fue bastante persuasivo para convencer a Karabasevic: le ofreció 2 millones de dólares, mujeres (sic), casas y una nueva vida en China…el caso es que Karabasevic aceptó y robó el software.
El caso fue llevado a los tribunales de USA por AMSC y en 2018 obtuvo una sentencia favorable aunque en el camino, este caso casi provoca la bancarrota de la compañía.
En cuanto a Sinovel, aquel caso fue el comienzo de su caída en desgracia. De estar en el top3 de OEMs mundiales a casi desaparecer completamente. Parece que cayó en desgracia con el gobierno chino, quizás entre otras cosas por la mala imagen que dio hacia el mundo. Además, este caso sirvió en parte para que China cambiara su actitud hacia la propiedad intelectual ya que los tiempos en los que China era el salvaje oeste en cuestión de IP ya han pasado y actualmente es un país más fiable en estos temas.
¿y qué fue del amigo Karabasevic? Pues fue condenado a 1 año de cárcel y mostró arrepentimiento total afirmando que había sido el mayor error de su vida. Al parecer volvió a Serbia y todavía reside allí.
Hay mucha información en internet sobre este caso ya que tuvo mucha repercusión en USA, ya que ejemplarizó lo que se entendía que era el “robo masivo de tecnología por parte de China”.
Huawei vs SolarEdge (2018)
En el mundo solar también se desenfunda rápido en cuestión de patentes. Esta es una de las guerras más sonadas del sector ya que fue protagonizada por 2 gigantes de los inversores solares. En 2018 la china Huawei demandó a la israelí SolarEdge en China por infringir sus patentes y SolarEdge contraatacó con una demanda cruzada también en China. Posteriormente las demandas cruzadas se sucedieron en Alemania, ampliando los productos afectados.
Y el resultado es uno de los más comunes en estas guerras cruzadas de patentes, especialmente cuando los protagonistas son gigantes similares: un acuerdo global de licencias al que llegaron este mismo año. De esta forma cerraban todos los casos abiertos y evitan nuevas demandas cruzadas en el futuro
GE vs MHI (2008)
Volvemos al eólico y de nuevo el rey de las demandas por patentes: GE. Esta vez para intentar (y conseguir) frenar a un potencial competidor en USA. Mitsubishi, el gigante japonés, tenía ambiciosos planes para expandirse en el jugoso mercado eólico americano de mediados de los 2000 y para ello desarrolló su nueva plataforma de 2,4 MW. Y GE que no quería más competidores en su mercado principal, demandó en 2010 a MHI por infringir la famosa patente de LVRT relacionada con la velocidad variable.
Mitsubishi contraatacó demandando a GE por intento de monopolizar el mercado a través de la famosa patente de velocidad variable, acusándole (no sin falta de razón) de utilizar esa patente como herramienta de marketing más que como tecnología. Pero los tribunales de USA no lo vieron así y desestimaron esta demanda mientras que condenaron en 2012 a MHI a pagar $170mill a GE.
Finalmente, en 2013 ambos llegaron a un acuerdo secreto de patentes pero el daño ya estaba hecho. Mitsubishi había dejado de comercializar su producto en USA ante la incertidumbre de las demandas y posteriormente ya nunca volvió al mercado onshore, con lo que GE consiguió anular a un fuerte rival a través del litigio de patentes. Años después, MHI entraría en el offshore de la mano de Vestas pero esa es otra historia…
GE vs todos (GE’s variable speed patent)
Y dejamos para el final la madre de todas las patentes eólicas, una patente que ha sido el centro de muchas de las guerras posteriores: la famosa US5083039 sobre velocidad variable y en la que se basa la tecnología de generador doblemente alimentado DFIG.
La historia de esta patente y de cómo acabó en manos de GE es curiosa. Originalmente desarrollada por el fabricante alemán Tacke, éste fue comprado por Enron Wind. Cuando Enron quebró, su negocio eólico fue comprado por GE que se encontró con esta patente. Lo curioso es que los expertos dicen que compañías como Enercon o Kenertech ya utilizaban esta tecnología cuando Tacke la patentó aunque parece que nunca lo pudieron demostrar.
El caso es que GE vio que esa patente era oro ya que con ella podía demandar a casi todos los competidores en USA. Empezó con Enercon quien se retiró del mercado USA y aunque posteriormente llegó a un acuerdo de patentes con GE, ya nunca volvió a ese mercado. Vestas y Gamesa optaron por utilizar una tecnología alternativa: OptiSlip en el caso de Vestas y RCC o rotor current control en el de Gamesa. El problema es que los modelos perdían un 10% de potencia nominal. Ambos también llegaron a acuerdos con GE. El caso de MHI ya lo hemos visto y otros fabricantes como DeWind intentaron tecnologías novedosas como WinDrive de Voith turbo. En este artículo se resume muy bien las tecnologías alternativas que se desarrollaron en su momento.
Por cierto que la patente de la velocidad variable ya expiró pero pasará a la historia por ser la causante de más quebraderos de cabeza en el mundo eólico (y también por dar mucho dinero a GE).
La protección de la propiedad intelectual es un área estratégica en cualquier compañía tecnológica pero aún más en sectores como el eólico o el solar donde la innovación es rápida y, como se ha visto en este artículo, hay compañías que tienen una estrategia muy agresiva respecto a sus patentes, llegando a ser utilizadas más como herramienta comercial que tecnológica