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Gestión de producto ¿Qué, cómo y por qué?

Arrancamos nuevo proyecto profesional y su blog con él y que mejor forma de empezarlo que hablando de la misión de WeMake Consulting. Desde que me lancé a esta nueva aventura, la pregunta que más he oído es ¿y de qué va a ser tu negocio? El caso es que cuando contestaba que consultoría de gestión de producto, las caras de mis interlocutores eran todo un poema. El problema es que expresiones como gestión de producto, product management, product marketing, etc, han servido en muchas ocasiones de denominaciones “comodín” que lo mismo servían para roles en un departamento de marketing, que en operaciones o incluso en tecnología. Si a esto sumamos que pocas compañías tienen departamentos especializados en gestión del ciclo de vida del producto, la confusión sobre roles y responsabilidades es total. En mi opinión la mejor definición de la gestión de producto es “asegurar que el producto es competitivo”. Esta sencilla definición engloba complejos aspectos:

Productómanos: Fortnite

Pretendo abrir con este artículo una serie donde destacar ciertos aspectos de la gestión de producto (Product Management o PM) con ejemplos de actualidad. Al plantearme esta serie, pensé en los ejemplos típicos que se utilizan en el PM: Apple, Under Armour, Tesla, Inditex… y en esas estaba cuando mis hijos me interrumpieron hablando sobre un juego que, palabras textuales, lo estaba “petando”. Era el Fortnite y yo, por supuesto, no había oído hablar de él hasta ese momento y no sospechaba que, a partir de ese instante, sería como un miembro más de la familia. Si tienes hijos entre 7 y 18 años ya sabrás de qué va el juego: 100 jugadores están en una isla y sólo puede quedar uno. Se juega online y es altamente adictivo. La verdad es que, al igual que el fenómeno Pokemon Go hace unos años, me interesa mucho entender el porqué de estas modas, ya que soy de la opinión de que la suerte no lo puede explicar todo.

Los 5 pasos básicos del cost-out aplicados al coche eléctrico

Soy un entusiasta de los coches eléctricos. Ya tengo decidido que el próximo coche que compre (o que alquile, aunque eso lo dejo para otro artículo) será 100% eléctrico. Pero como no me sobra el dinero, sigo con gran interés la evolución de los costes y/o precios de un sector en plena expansión. Y es tremendamente interesante ver los movimientos de los diferentes fabricantes para acelerar la curva de aprendizaje que nos lleve a la paridad de coste/km con los coches de combustión interna. En el cost-out, como en cualquier tema complejo, es muy recomendable partir de una estructura muy simple y de sentido común. A continuación, propongo 5 sencillos pasos para articular un programa de reducción de coste: